Latinoamérica es, según la ONU,
la región más desigual del mundo y México no es la excepción, aquí la pobreza es
un problema histórico, multidimensional y multifactorial. Una de las muchas
causas de empobrecimiento, es el consumo de drogas como el tabaco; un bien
adictivo que no tiene valor nutricional. Sin embargo, el tabaquismo es un
generador de pobreza que puede ser fácilmente regulado a través de la intervención
Estatal.
El año pasado el 45.5% de los
mexicanos se encontraba en condiciones de pobreza, si revisamos las series
históricas de 1992 a 2012 de pobreza por ingresos del Consejo Nacional de
Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (CONEVAL), podemos observar
que los niveles de pobreza del año pasado son casi iguales a los de hace dos
décadas, es decir, las distintas políticas y programas encaminados a la
reducción de la pobreza aplicados durante los últimos 20 años, no han servido
más que para mantener los niveles de pobreza.
-Click en la imagen para ampliarla-
A partir de eso se vuelve urgente
plantearnos nuevos paradigmas de combate a la pobreza, que fomenten un Estado
encaminado a la redistribución del ingreso. Sabemos que el tabaquismo además de
crear dependencia física y psicológica, es considerado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) como la epidemia del siglo, es la principal causa de
muerte evitable en el mundo. Según la OMS, en 2008 en el mundo murieron 100
millones de personas adultas de mediana edad; en la cúspide de su vida
productiva. Y casi la mitad de la población infantil mundial, respira aire
contaminado por el humo del tabaco.
El artículo completo en Dinero en Imagen.
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