Hace unos días tuve que estar en una sala de espera mucho tiempo más de que se suponía, lo cual fu bastante frustrante pues además de que me caga esperar, la sala estaba repleta y encima ya casi no tenía batería como para hacer más ameno el momento con buena música.
La espera, y sobre todo estar entre multitudes, como en el metro o salas de espera, me llevo a una pregunta que pude sintetizar con una frase de Ruben Márquez. Existe una delgada línea entre el voyerismo, el morbo y el interés social, en el caso de las corridas de toros es fácil delimitarlo, pero ¿qué pasa (por ejemplo) con la violencia de género?
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