Apareció primero en La Jornada Aguascalientes dentro del suplemento /Autonomía 85 del 9 de marzo de 2014.
La
senadora María Cristina Díaz del Grupo Parlamentario del PRI,
presentó la Iniciativa de Decreto para reformar la Ley Orgánica de
la Administración Pública Federal; Ley General de Educación; Ley
General de Salud, y la Ley general de Cultura Física y Deporte, para
Desarrollar Programas Escolares de Prevención y Protección a
Jóvenes con Trastorno Alimenticios o Adicciones. Dicha iniciativa
pueden consultarse en el portal web que aparece más abajo.
Parte
de dicha Iniciativa incluye que se realicen pruebas antidoping a
estudiantes mexicanos de 17 a 24 de forma obligatoria. La exposición de motivos carece, entre cosas, de una correcta interpretación de lo que sabemos en sobre consumos de drogas en México, algunos son:
- La propuesta va encaminada a estudiantes mexicanos, sin embargo se basa en datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2011. Por su metodología la encuesta se realiza en hogares (no incluye población en situación de calle, ni prisiones) pero que un joven viva en un hogar no indica que curse algún programa de educación, por lo que para el caso de la iniciativa los datos estarían sobrestimados.
- Hace referencia a que la prevalencia más alta de consumo se encuentra en la población de 18 a 34 años, que es del 2.8%. Aquí encontramos dos errores a) Por la composición demográfica es natural que esa sea la población con mayores prevalencias en lo que sea que se mida. b) No indica que ese valor se refiere a la prevalencia del consumo total de drogas, incluyendo legales. Si analizamos los aumentos de prevalencia de drogas legales (tabaco y alcohol) contra el de drogas ilegales, son las drogas legales las que más aumentaron su consumo. Por lo que la iniciativa, en todo caso, debería enfocarse a drogas legales.
- Una prueba antidoping para la detección de 3 drogas tiene un valor comercial de casi $200, y una de detección de 5 drogas es de casi $400. Lo que tampoco se menciona en la iniciativa, ni hace un estimado de costos que requeriría llevar a cabo dichas acciones.
Peor
aún, la iniciativa surge en un momento en que sabemos que el
prohibicionismo de drogas ha fracaso en México y el mundo. Y que es
ahora cuando las iniciativas para avanzar en la legalización de la
marihuana tienen importantes avances, y el apoyo de representantes
del PRD, PAN, PVEM, PT, MC y NA (véase el /Autonomía anterior).
La
A.C. Espolea (www.espolea.org)
es una organización multidisciplinaria de jóvenes universitarios
que lucha por el empoderamiento de la juventud. Envío el 3 de marzo
una carta abierta a la senadora, en que sobresalen los siguientes
puntos:
“1.
Sobre
la efectividad de las pruebas antidoping propuestas. En
la búsqueda de políticas de prevención del uso y abuso de drogas
entre jóvenes y adolescentes, el factor primordial de selección de
estrategias debe ser responder a los problemas y necesidades de
determinado grupo o población. Realizar pruebas antidoping
a
jóvenes como medio de prevención (a través de la disuasión) del
uso de drogas y para combatir las adicciones ha sido reconocida una
práctica poco exitosa de prevención. [1]
Diversos
estudios realizados en torno a la efectividad de este tipo de
acciones han demostrado que éstas no previenen, ni inhiben, el uso
de drogas entre las y los estudiantes.[2]
2.
Sobre
la universalidad y alcance de la propuesta. Según
la Encuesta Nacional de Juventud del 2010, la población entre 16 y
23 años es de 17 millones de personas. De éstas, sólo 8 millones
estudian.[3]
Por
ello, la propuesta además de ineficiente, es de poco alcance. Su
universalización sería, sin embargo, sumamente cara y se
desaprovecharían escasos recursos de los sistema de salud y
educación en mecanismos que no logran sus objetivos de manera eficaz
y eficiente[4].
3.
Ambientes
de desconfianza generan menor acceso a la información. Asimismo,
estas prácticas alejan a los estudiantes de los planteles escolares
y tienen efectos negativos en la confianza entre alumnos y docentes
–y consecuentemente en la formación del estudiantes.[5]
La
aplicación de pruebas antidoping
genera
ambientes de desconfianza entre los estudiantes y el personal de las
escuelas, lo cual suprime canales de comunicación entre los
estudiantes.[6]
Acciones
como la propuesta disminuiría las posibilidad de crear un ambiente
positivo y de confianza en escuelas preparatorias y
universidades.[7]
4.
La
diversidad detrás del uso de sustancias psicoactivas. Las
pruebas antidoping
no
distinguen por sí mismas entre la amplia diversidad de razones para
utilizar drogas, ni las formas de consumo. Encuestas realizadas en el
Distrito Federal indican distintas razones por las cuales las y los
jóvenes mexicanos utilizan sustancias psicoactivas, y distinguen
usos experimental, ocasional, regular o frecuente.[8][9]
La
medida propuesta únicamente determina el uso positivo o negativo de
una sustancia, sin reparar en las razones y/o periodicidad, dos
factores fundamentales para poder valorar un posible uso problemático
de drogas.
5.
El
cambios de sustancia de preferencia por parte de las y los jóvenes.
El
día de hoy, el 1.3% de los jóvenes de 12 y 17, y el 1.9% de los
jóvenes entre 18 y 34 años utilizan cannabis.[10]
Si
bien existe un policonsumo reportado en este uso[11],
la aplicación de pruebas antidoping
podría
generar un “efecto globo” en la preferencia de sustancias por
parte de jóvenes estudiantes. Investigaciones realizadas en la
Universidad de Glasgow han demostrado que la sobre-concentración de
medidas persecutorias en drogas perceptibles por pruebas antidoping
en
un periodo más amplio (como la marihuana), podrían alentar el
tránsito a preferencias de consumo por drogas que se eliminan del
organismo de manera más rápida (como la heroína).[12]
Finalmente,
nos parece importante resaltar que la aplicación de pruebas
antidoping
obligatorias
representa una invasión de privacidad, intimidad y de la vida de las
y los jóvenes y adolescentes, y fomenta la discriminación. La
propuesta violenta los derechos de niños y adolescentes según lo
establecido en el Artículo 16 de la Constitución Mexicana[13],
en laLey
para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes,
en la Convención de los derechos del niño, así como la Declaración
Universal de los Derechos Humanos[14]
y
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos[15].
Para responder efectivamente al fenómeno de las drogas, cualquier
política pública que impulsemos debe partir de evidencia
científica, un enfoque de salud y un marco de derechos humanos.
Esperamos que lo aquí expuesto contribuya a desistir su iniciativa”.
¿Seguimos
apoyando políticos y partidos que gobiernan sin siquiera
conocer o atender evidencia científica (no solo en temas de drogas)
o como sociedad civil actuamos para cambiar esto?
[1]
Joseph
Rowntree Foundation. Review
Highlights lack of evidence to support random drug-testing in schools
[En
línea] Disponible en:
http://www.jrf.org.uk/publications/random-drug-testing-schoolchildren.
Revisado 25 febrero, 2014.
[2] L. Johnston et al. Drug Testing in Schools: Policies, Practices, and Associations With Student Drug Use. 2003. University of Michigan, Institute for Social Research, Ann Arbor. http://www .rwjf.org/research/researchdetail.jsp ?id=1234&ia=131
[3] Subsecretaría de Educación Superior (2010) Encuesta Nacional de Juventud, 2010.
[4] Barra, A. DDT: La prevención que funciona para las drogas. Espolea [En línea] Disponible en: http://www.espolea.org/uploads/8/7/2/7/8727772/ddt-laprevencionquefunciona.pdf. Revisado 3 marzo, 2014.
[5] Barra, A.; Joloy, D. (2011) Visión Joven, Niños: Las víctimas olvidadas en la guerra contra las drogas de México. Espolea [En línea] Disponible en: http://www.espolea.org/uploads/8/7/2/7/8727772/vj-barra-joloy.pdf. Revisado 2 marzo, 2014.
[6] Joseph Rowntree Foundation (2005) Random Drug Testing of Schoolchildren: A shot in the Arm or a Shot in the Foot for Drug Prevention? York ´Publishing Services.
[7] NPR. Drug Tests Don’t Deter Drug Use, But School Enviroment Might [En línea] Disponible en: http://www.npr.org/blogs/health/2014/01/14/262466903/drug-tests-dont-deter-drug-use-but-school-environment-might. Revisado 27 febrero, 2014.
[8] Zamudio, Carlos (2013) Los mercados de drogas ilícitas de la Ciudad de México. Cuadernos CUPHID, Año 3, Núm. 3, marzo – agosto 2013.
[9]Op. Cit. Joseph Rowntree Foundation
[10] Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; Instituto Nacional de Salud Pública;
Secretaría de Salud (2012) Encuesta Nacional de Adicciones 2011, Drogas ilícitas [En línea] Disponible en: http://www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/ENA_2011_DROGAS_ILICITAS_.pdf. Revisado 3 marzo, 2014.
[11] Op. Cit. Zamudio, Carlos.
[12] Ibíd.
[13] “[…] Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismo, así como manifestar su oposición, en los términos que fije la ley […]”
[14] Artículo 12.
[15] Artívuo 17.
[2] L. Johnston et al. Drug Testing in Schools: Policies, Practices, and Associations With Student Drug Use. 2003. University of Michigan, Institute for Social Research, Ann Arbor. http://www .rwjf.org/research/researchdetail.jsp ?id=1234&ia=131
[3] Subsecretaría de Educación Superior (2010) Encuesta Nacional de Juventud, 2010.
[4] Barra, A. DDT: La prevención que funciona para las drogas. Espolea [En línea] Disponible en: http://www.espolea.org/uploads/8/7/2/7/8727772/ddt-laprevencionquefunciona.pdf. Revisado 3 marzo, 2014.
[5] Barra, A.; Joloy, D. (2011) Visión Joven, Niños: Las víctimas olvidadas en la guerra contra las drogas de México. Espolea [En línea] Disponible en: http://www.espolea.org/uploads/8/7/2/7/8727772/vj-barra-joloy.pdf. Revisado 2 marzo, 2014.
[6] Joseph Rowntree Foundation (2005) Random Drug Testing of Schoolchildren: A shot in the Arm or a Shot in the Foot for Drug Prevention? York ´Publishing Services.
[7] NPR. Drug Tests Don’t Deter Drug Use, But School Enviroment Might [En línea] Disponible en: http://www.npr.org/blogs/health/2014/01/14/262466903/drug-tests-dont-deter-drug-use-but-school-environment-might. Revisado 27 febrero, 2014.
[8] Zamudio, Carlos (2013) Los mercados de drogas ilícitas de la Ciudad de México. Cuadernos CUPHID, Año 3, Núm. 3, marzo – agosto 2013.
[9]Op. Cit. Joseph Rowntree Foundation
[10] Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; Instituto Nacional de Salud Pública;
Secretaría de Salud (2012) Encuesta Nacional de Adicciones 2011, Drogas ilícitas [En línea] Disponible en: http://www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/ENA_2011_DROGAS_ILICITAS_.pdf. Revisado 3 marzo, 2014.
[11] Op. Cit. Zamudio, Carlos.
[12] Ibíd.
[13] “[…] Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismo, así como manifestar su oposición, en los términos que fije la ley […]”
[14] Artículo 12.
[15] Artívuo 17.
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