Parte de las colaboraciones que hace Paradigmas, con Dinero en Imagen.
Desde la perspectiva “ortodoxa” de la economía, el sector informal
de la economía representa un serio problema de ineficiencia económica, se le ve
como una enfermedad, casi como un cáncer social. Sin embargo, si se analiza
desde otros enfoques, podemos darnos cuenta que no todas las economías son (ni
deben ser) iguales y no siempre la informalidad es dañina.
En términos
generales, el sector informal de una economía son todas las actividades
económicas (no necesariamente constituidas como empresas) que no están
registradas ante la autoridad gubernamental correspondiente, por lo que no
pagan impuestos.
La ineficiencia que usualmente se asocia a dicho
sector de la economía se origina del hecho de que son empresas pequeñas y poco
tecnificadas. En los países subdesarrollados existe una gran cantidad de
empresas de este tipo mientras que los países desarrollados lo que priva
son empresas de mediano tamaño con cierto nivel de tecnificación.
Así, desde la visión mainstream de la economía, si
desaparecen las empresas pequeñas e improductivas, automáticamente (por las
fuerzas de los mercados) quienes trabajaban en ellas pasaran a emplearse en las
empresas grandes y productivas, produciendo más y a menor costo, aumentando el
consumo e ingreso de las familias y en el largo plazo, convirtiendo al país en
cuestión en un país desarrollado.
En México y
Latinoamérica, esa visión de la economía falla por no considerar dos cuestiones
básicas, una histórica y otra espacial. La cuestión histórica
(al menos en México) es que el sector informal ha permitido mitigar muchas de
las crisis del sector formal (incluso algunos afirman que el sector informal
mexicano, alimenta al sector formal)
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