*Apareció el 17 de marzo en Autonomía #38 de La Jornada Ags.
Desde hace un tiempo está de moda querer, sólo eso, cambiar al mundo en una especie de ánimo farol que no tiene mucho de nuevo, tal vez sólo los medios. 2012 es un año que me daba miedo que llegara, no por otro inminente fin del mundo (¿cómo cree?) sino porque al ser año electoral, la onda política se pone toda loca como hormona de puberto en una calurosa tarde de secundaria. Y en un país como el nuestro tan falto de memoria y hábil en adoptar y cambiar de modas, las cosas se ponen feas. Aunque hay algo bueno: al menos es año olímpico.
Entonces tenemos que ya todos creen que son agentes de cambio. Aja, como los que organizan rodadas, sobre todo en el centro del país (casi todos hispters o intentos de). Se supone que quieren fomentar el uso de la bicicleta, pero para eso cierran calles lo que provoca que los autos en circulación permanezcan más tiempo encendidos y emitiendo gases en lo que terminan de desfilar ¿entonces quieren reducir la contaminación o que los vean pasar? (Nota del editor: ellos le dicen una forma de comunicación e impacto, yo lo llamo un vil performance que ya fue rebasado sin importar lo padre que pueda estar o no la experiencia).
Aquí en Aguascalientes se realiza mucho lo mencionado anteriormente y se dicen hasta atractivo turístico, ese chiste no da risa, ni en ciudades más grandes como Guadalajara salen con esos “argumentos”. Otra cosa sería si desincentivaran el uso del automóvil dando opciones, pero con desfiles de bicis y el negocio entre gobierno-atusa, eso se ve imposible. El ejemplo en la clase alta, puede ser el papalord Juan Pablo Castro, que en la asamblea del D.F. sacó su lado más panista/ yunquista y acusó al gobierno capitalino de aprobar el matrimonio entre “jotos”. Después ante la “rechifla” de la opinión pública se retractó. Bien joto, la verdad. Usando su lenguaje.
Pero claro, para ese momento, el sentimiento de legitimidad entre mirreyes y lobukis ya estaba (más) por las nubes. Lo triste/real es que esa clase de mirerreyes son la elite nacional (ja) y con su llegada al poder están contribuyendo a la cultura de autosegregación del mexicano y mera adoración de esas figuras de “éxito” y gente “bien”.
Pero igual, ya nos sentimos primer mundo por la presidencia del G-20, o llevarla chido con el Fondo Monetario Internacional, y ya dejando esa visión rosa podemos ver lo que realmente significa: políticas de crecimiento económico, mucha diversión especuladora, pero de “replanteamiento del sistema económico” como dijeron en Davos. O promover puro maíz (je) en cuestión de desarrollo.
Otros que dizque cambian el mundo, son los que esperan un milagro con la visita del Papa Benedicto XVI entre ellos Felipe Calderón Hinojosa, que prometió dejar la economía mexicana en 7mo lugar mundial. Sé que con los religiosos no se puede razón, porque de ser racionales; no serían religiosos. Pero sí me gustaría hacerles una pregunta: Con el tiempo de preparación espiritual que tienen, como los sacerdotes, y su fe en que al morir recibirán las recompensas por las acciones en esta vida ¿De verdad creen que se atreverían a un acto pedofílico? Si creen que sí, pues que manchado es su dios.
También están los que saliendo del cine querían hacer revolución cibernética, se compraron su mascarita y llenan las redes sociales con imágenes de Anonymous. Son estos los que en su vida, no han siquiera abierto un hide –güeis me tomé una foto con la mascarita que se ve mi fleco bien macizo-.
Algo le ha funcionado muy bien a los grupos en el poder (sobre el sexo, Foucault lo documenta/explica de maravilla) es reprimir las intenciones de cambiar las cosas, llevándolas a un banal libertinaje; reducirlo a símbolos para luego descontextualizarlos y que en cuestiones reales el grueso de la población siga enfocada en la producción/consumo que le dicten. Volviendo al tema de movilidad, se imaginan las broncas en la feria por los portadores de botas picudas y los hipsters con sus bicis, que les ponen fotos en los rayos (virgencita please diles que se ven igual de ridículos que los cholos que ponen CD’s).
Mientras usted, estimado lector termina estás líneas, científicos de primer mundo, rusos y japoneses, intentan la clonación de un mamut y nuestra nación se acerca un poco más al mirreynato de un dinosaurio copetón. Otra cosa, si por defender el matrimonio entre homosexuales o burlarme del PAN-PRI, usted cree que soy homosexual o perredista, por favor a la siguiente no me lea.
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