“Si los pobres empiezan a razonar, todo estará perdido”
-Voltaire.
-Diego Rivera. Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central-
En las sociedades capitalistas existen dos principales clases sociales; la burguesía (dueños de los medios de producción y quienes se apropian del plusvalor) y el proletariado (que son únicamente dueños de su fuerza de trabajo). Ésta clasificación de clases sociales (a partir de la función que desarrollan los grupos dentro del proceso de producción), cuenta con múltiples subcategorías que van desde la alta burguesía hasta el lumpen proletariado, pasando por la pequeña burguesía. Es, a mi parecer, una herramienta con mayor potencial analítico que la clasificación tradicional según el ingreso (clases alta, media y baja), pues permite incorporar elementos como es el de la “conciencia de clase”.
Tanto la clase social como la conciencia de clase están estrechamente ligados en su formación y evolución. Aquí se distinguen dos elementos, el objetivo (clase en sí), que se refiere a las estructuras de producción como son la división técnica del trabajo, y acumulación de poder; y el elemento subjetivo (clase para sí) que es la conciencia de la posición de clase y sus propios intereses. A partir de esto, podemos definir la conciencia de clase como el total de creencias morales y estéticas de una clase social.
El texto completo en Paradigmas
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