La dualidad monetaria de Cuba es una de las
consecuencias de la crisis económica que la isla atravesó en los años noventa.
Sin embargo, al menos desde 2006, existe un consenso casi total entre
políticos y miembros de la academia respecto a la necesidad de eliminar ese
sistema monetario dual. Si bien dicho proceso de eliminación de la dualidad se
inició en 2003 por el Banco Central de Cuba, es hasta apenas unos meses
que se ha llegado a la etapa final.
La crisis cubana de los noventa comenzó en 1988
y cobró fuerza conforme se debilitada la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), con las revoluciones (Otoño de las Naciones) de 1989 y llegó
a su punto máximo en 1993. Esto es, dos años después de la firma del Tratado de
Belovesh (Disolución oficial de la URSS) y a solo un año de que el embargo
comercial, económico y financiero de Estados Unidos a Cuba adquiriera el
carácter de ley.
Tasa de crecimiento del PIB Cubano 1988-2010
Fuente: Banco Mundial, gráfica hecha con Google Public data
Una de las consecuencias lógicas de las crisis fue
la reducción de los ingresos del Estado y sus paraestatales. A pesar de eso,
fue un logro del gobierno mantener los niveles de gasto en salud y
educación, y evitar mayores tasas de desempleo a través de las
paraestatales. Esto significó déficits fiscales de casi el 25% del PIB.
El embargo estadounidense impidió (y sigue
impidiendo) en ese momento que Cuba participase en el mercado financiero
internacional al mismo tiempo que las condiciones económicas impedían crear un
mercado interno de deuda pública. Esto llevó a que el déficit fiscal se
financiaria mediante préstamos del Banco Central. La monetización de
deuda trajo problemas inflacionarios y el aumento del precio del dólar en el
mercado negro, que de 1991 a 1993 pasó de 5 a 100 pesos por dólar
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